El 27 de octubre de 2023 se cumplen 25 años de El Hereje. Este libro que supuso “una sorpresa”, puesto que, cuando Miguel Delibes recogió el Premio Cervantes en 1993, parecía que se estaba despidiendo de la literatura. Delibes necesitó tres años para escribir El Hereje, que fue un éxito desde el primer momento, pues vendió 100.000 ejemplares en su primer fin de semana en las librerías, y despertó el interés de cineastas como José Luis Cuerda y José Luis Garci, aunque finalmente sus proyectos no pasaron del papel.
«El Fuego de la Conciencia»
La última novela de Miguel Delibes continúa de plena actualidad y protagoniza «El fuego de la conciencia», una exposición conmemorativa de los 25 años de El Hereje. Puede visitarse hasta el 17 de febrero de 2024 en horario de 11 a 19 horas, en la sede de las Cortes de Castilla y León, en la ciudad de Valladolid.
La exposición se estructura en torno a una perspectiva histórica sobre el reino de Castilla en el siglo XVI y, adicionalmente, hace una reflexión sobre la influencia del pensamiento de Lutero y Erasmo de Rotterdam en la transformación de la sociedad europea. En la muestra confluyen más de 100 piezas (documentos, libros, mapas, esculturas, obras artísticas y objetos de época) de un total de 40 instituciones como el Museo de Escultura, el Museo Arqueológico Nacional o el Museo del Prado.
«El hereje», la última novela de Miguel Delibes
La muestra evoca la libertad de conciencia frente a la intolerancia religiosa en la España del siglo XVI, sustrato de la novela más profunda y compleja de Delibes, que entronca con la actualidad como demuestran las constantes reediciones de la novela más inesperada del narrador vallisoletano y que nació casi al azar, en el seno de una tertulia de provincias.
Un abogado penalista, Ángel Torío, catedrático de la Universidad de Valladolid, llevó a la tertulia del hotel Felipe IV una copia del estudio que el historiador Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-1912) dedicó al foco luterano existente en Valladolid durante el siglo XVI y frustró la Inquisición en 1559 tras siete años de clandestinidad.
Fue en esa reunión de amigos e intelectuales, entre ellos el filólogo y académico Emilio Alarcos, donde Miguel Delibes conoció en profundidad ese episodio histórico del círculo erasmista que entre 1552 y 1559 dirigió en Valladolid el clérigo Agustín de Cazalla, capellán de Carlos V, y que finiquitaron sendos autos de fe con penas de hoguera.
A sus 74 años, a punto de entregar a la imprenta Diario de un jubilado y con el scriptorium prácticamente cerrado, aquella tertulia primaveral de 1995 engolosinó al narrador hasta el punto de embarcarse en su obra cumbre, su última novela y eslabón final de su trayectoria si se exceptúa La Tierra herida (2005), la transcripción de un diálogo con su hijo Miguel Delibes de Castro.
Obra cumbre y eslabón final
Tres años tardó Delibes en alumbrar las peripecias del conventículo erasmista de Cazalla, en cambiar su enrevesada caligrafía por la letra de molde, en mudar el papel pautado de desecho que le suministraban desde el periódico «El Norte de Castilla», del que fuera director, por el de imprenta cuando el 29 de septiembre de 1998 vio la luz El Hereje.
Así nació su libro más trabajado, documentado y en el que más tiempo empleó, el único centrado íntegramente en su ciudad natal a la que nombra y ofrenda desde la primera página con una sencilla y rotunda dedicatoria («A Valladolid, mi ciudad»).
Fue su estreno en el género de novela histórica después de cincuenta años, una excepción que asumió sin detraer ninguno de los rasgos, formales y literarios, de una ejecutoria que inició en 1948 con La sombra del ciprés es alargada.
Nuevo género, mismas claves
Como la inmensa mayoría de sus trabajos, redactó a mano El Hereje en papel de desecho, a caballo entre Valladolid y su refugio burgalés en Sedano, con las mismas claves de siempre: la historia de un perdedor y el alegato en favor de la libertad en cualquiera de sus manifestaciones.
De lo local a lo universal, como hizo siempre, de la dimensión del El Hereje habla su traducción a más de una decena de idiomas, entre ellos el árabe, el japonés, el albanés, el serbocroata, el neerlandés y el braille (sistema de escritura y lectura para ciegos).
Literatura y turismo
Siete años duró el sueño erasmista que Cazalla importó a Valladolid desde Alemania, durante los frecuentes viajes que como confesor real realizó junto al emperador Carlos V. Una delación dio lugar a una persecución, detenciones y sendos autos de fe.
Se celebraron en la Plaza Mayor de Valladolid el 21 de mayo y el 8 de octubre de 1559, éste con la asistencia de Felipe II, y las penas oscilaron entre las reclusiones en ámbito religioso, cárcel de por vida y muerte en la hoguera: lenta si el reo no abjuraba y rápida si se retractaba en favor de la Iglesia Católica.
De todo ello da minucioso detalle Miguel Delibes, del habla del siglo XVI, indumentaria, costumbres, urbanismo, transporte, comercio y geografía a través de hitos que desde el año 2000 configura una ruta turística por el Valladolid de la época, incluido el Campo de Marte, actual Campo Grande, donde se instaló el quemadero.
IMAGEN: Placa homenaje a Miguel Delibes en la calle Santiago de Valladolid, por su novela El Hereje.