Se han cerrado las jornadas transfronterizas “Bibliotecas en Comunidad/As Bibliotecas na Comunidade”, que han reunido en Salamanca, durante los días 26 y 27 de noviembre, a más de 600 expertos y profesionales de bibliotecas (86 presenciales y 550 en línea) de 10 países para debatir y reflexionar sobre el papel de las bibliotecas como agentes transformadores en sus comunidades. Este encuentro no solo resaltó la importancia de las bibliotecas como espacios de aprendizaje y cultura, sino también como pilares fundamentales para el desarrollo sostenible, la inclusión social y la cohesión territorial.
Estas jornadas, cofinanciadas por la Junta de Castilla y León el Programa Interreg España-Portugal (POCTEP) 2021-2027, de la Unión Europea, fueron organizadas por la Comunidad de Trabajo Castilla y León-Centro de Portugal, y contaron con la coordinación técnica de la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca.
La biblioteca como centro comunitario y agente de cambio
La primera ronda de debates se centró en como las bibliotecas contribuyen a dar respuesta a las necesidades de las personas en sus comunidades, como ejemplos destacados de buenas experiencias. Para João Sousa Guerreiro, en su conferencia sobre como las bibliotecas son socios estratégicos importantes que acercan a las personas a la información y experiencias necesarias para desarrollar las habilidades que les permitan desarrollar su potencial de vida a través de las alianzas con otros socios comunitarios. Manuel Hernández Leal explicó el alcance de cómo estas instituciones permiten el cambio al promover la participación y la inclusión, a través de una iniciativa ciudadana que denominó “Manifestación por la poesía”. Además, M. Pargana Silva enfatizó la expansión de las bibliotecas escolares en Portugal en un intento de destacar cómo estas organizaciones pueden ser herramientas clave para proporcionar empoderamiento educativo a edades tempranas.
Las bibliotecas necesitan más inteligencia emocional que inteligencia artificial. Por ejemplo, la “manifestación por la poesía” convocada por la Biblioteca Pública de Villamayor permitió promover la participación y la inclusión en la localidad.
Todos estos enfoques integrales refuerzan la comprensión de que cada biblioteca es más que un almacén de libros: cada biblioteca puede sobrevivir y prosperar en su propio entorno, que es representativo de las dinámicas sociales y culturales del momento. Con relación a esto, tuvimos intervenciones contributivas importantes como las de Claudia Vaca con “El libro es un territorio y el lector un habitante” donde ejemplifico la importancia de acceso al libro en comunidades marginales, en las que el libro es un bien de progreso. Isabel Sánchez enfatizó la extensión de los límites del enfoque bibliotecario a través de iniciativas que incluyen desde programaciones de teatro, talleres, conciertos que tienen un importante impacto en la ciudadanía. Además de ello, la Red de Bibliotecas Municipales de Salamanca facilita el acceso a la información, educación y cultura para toda la ciudadanía mediante servicios y actividades distribuidos por diversas zonas de la ciudad, fomentando la inclusión y la participación comunitaria.
Bibliotecas y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Otro tema crucial fue el del papel de las bibliotecas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ponentes como Felicidad Campal y Ángel Poveda destacaron iniciativas que promueven el acceso inclusivo a la información, la igualdad de género y la educación de calidad, alineándose con los ODS 4, 5 y 10. Desde la reducción de desigualdades hasta la creación de espacios resilientes (ODS 11), las bibliotecas están demostrando que su impacto va más allá del ámbito cultural, llegando a ser actores clave en el desarrollo social y ambiental.
Jerónimo Jablonski impulsor del proyecto Juzbado Libro Abierto evidenció cómo una biblioteca puede contribuir al desarrollo local mediante la promoción de la lectura y el fortalecimiento de la identidad cultural de una comunidad. Además, Carlos Lopes abordó la alfabetización informacional como herramienta para combatir la desinformación, resaltando la relevancia de las bibliotecas en un mundo cada vez más digitalizado.
Las bibliotecas ofrecen una gran variedad de productos y servicios que promueven el logro de cada uno de los ODS, desde la promoción de la alfabetización hasta el acceso libre a la información.
Almudena Mangas abordó la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el contexto de la investigación científica y el papel fundamental de las universidades en su implementación. Las universidades, como la de Salamanca, juegan un rol crucial al integrar estos objetivos en su investigación, generando conocimientos aplicables a los desafíos globales. En este marco, el proyecto BibliODS, del Servicio de Bibliotecas de la universidad, facilita la vinculación de la producción científica con los ODS, permitiendo una evaluación precisa del impacto de las investigaciones. Paula Ochôa analizó cómo las bibliotecas pueden contribuir al desarrollo sostenible mediante acciones que favorezcan la igualdad de acceso a la información, el fomento de la educación ambiental, la inclusión social y la promoción de la participación ciudadana. Al mismo tiempo, propone un modelo para evaluar cómo las bibliotecas están implementando estas prácticas, adaptándose a los desafíos actuales del contexto global, y cómo pueden ser agentes activos en la consecución de los ODS.
El impacto de las bibliotecas móviles en zonas de difícil acceso
Las bibliotecas móviles, otro eje central de las jornadas, destacaron como ejemplos inspiradores de cómo superar barreras geográficas y económicas. El servicio portugués de Bibliomóvel, presentado por Nuno Marçal, y los bibliobuses en España, descritos por Roberto Soto, son claros ejemplos de cómo estas iniciativas pueden llevar recursos educativos, culturales y tecnológicos a comunidades remotas, fomentando la alfabetización y el aprendizaje continuo.
Durante la pandemia, el bibliotecario del bibliobús se convirtió en una figura de confianza que, además de libros, llevaba ayuda e información. Se trata de “ir, estar, ayudar” a quien reside en el mundo rural, a quien insiste en vivir ahí, proporcionando no solo libros.
Jesús García Cesteros, del Centro Coordinador de Bibliotecas de Salamanca, destacó la importancia de adaptar estas bibliotecas móviles a las necesidades específicas de cada comunidad, garantizando que cada persona, sin importar su ubicación, pueda acceder a servicios esenciales. Estas experiencias ilustran cómo las alianzas y el intercambio de buenas prácticas entre territorios pueden maximizar el impacto social de las bibliotecas.
El espacio bibliotecario como estrategia y los datos como recurso clave
Desde áreas para el trabajo colaborativo hasta zonas dedicadas a la creatividad, las bibliotecas están adoptando un enfoque centrado en el usuario para responder a sus necesidades cambiantes.
En el siglo XXI, las bibliotecas se diseñan como un espacio público “en blanco”. No son solo un lugar para almacenar libros, hacen cada vez más cosas, incluidas algunas que no están en su catálogo.
La transformación de los espacios bibliotecarios en lugares estratégicos y flexibles fue otro punto destacado. Julio Alonso Arévalo subrayó el valor del espacio en las bibliotecas como generador de comunidad y conector entre las personas y Rosa Ramírez explicaron cómo los espacios bibliotecarios modernos se diseñan para ser más accesibles y adaptables, fomentando la interacción social y el bienestar emocional a través de su experiencia en el proyecto Bibliomaker de la Universidad Granda. Arantza Mariskal destacó el modelo de Tabakalera como centro de innovación cultural y comunidad. Daniela Martins presentó el «makerspace» de la Biblioteca Municipal de Pombal como un lugar significativo de creatividad y conexión.
Datos para todo y para todos
La mesa “Datos para todo y para todo” puso de relieve como la gestión de datos es una herramienta esencial para la toma de decisiones en el ámbito bibliotecario. Ponentes como Pedro Príncipe y Yolanda Martín González señalaron que el análisis de datos permite personalizar servicios, optimizar recursos y evaluar el impacto de los programas implementados. Este enfoque basado en datos no solo mejora la eficiencia de los servicios, sino que también refuerza la transparencia y la participación ciudadana.
Conclusiones: la cooperación como motor de transformación
Las jornadas transfronterizas “Bibliotecas en Comunidad” demostraron que la cooperación internacional es un motor clave para el fortalecimiento de las bibliotecas como agentes de cambio. Castilla y León y el Centro de Portugal han sentado un precedente de cómo las alianzas estratégicas pueden potenciar el impacto de las bibliotecas en comunidades locales y regionales.
El intercambio de experiencias y buenas prácticas no solo enriquece a las instituciones participantes, sino que también genera soluciones innovadoras frente a desafíos comunes, como la exclusión social, la falta de acceso a la información y la necesidad de promover la sostenibilidad.
En un mundo donde las fronteras físicas parecen diluirse ante la conectividad global, iniciativas como estas nos recuerdan que el trabajo conjunto es esencial para construir sociedades más equitativas y resilientes. Las bibliotecas, con su capacidad para adaptarse y responder a las demandas de su tiempo, son un ejemplo vivo de cómo las alianzas entre territorios pueden transformar vidas y fortalecer el tejido social.
TEXTO: Julio Alonso Arévalo y Yolanda Martín González (Universidad de Salamanca) y Carlos Lopes (ISPA Lisboa), coordinadores de las jornadas transfronterizas «Bibliotecas en Comunidad».
IMAGEN: Gabinete de Iniciativas Transfronterizas (GIT) de Castilla y León.