Aquí está don Juan Tenorio para quien quiera algo de él

Más allá de las tradiciones importadas, como Halloween, es costumbre en España representar el clásico Don Juan Tenorio en numerosos teatros en la noche entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos.

La fiesta de Todos los Santos tiene su origen a mediados del siglo IX. Inicialmente, esta celebración se limitaba a Roma, pero en el año 837 el Papa Gregorio IV la extendió a toda la Iglesia, estableciendo oficialmente la observancia del Día de Todos los Santos el 1 de noviembre, fecha que coincidía con una festividad pagana de los pueblos germánicos.

La obra más representada de todos los tiempos

El Día de Todos los Santos también es el día del teatro por excelencia, pues a lo largo de la geografía española se representa tradicionalmente Don Juan Tenorio, la obra más emblemática del vallisoletano José Zorrilla (1817-1893). Estas representaciones tienen lugar incluso en los cementerios, ya que el acto final del Don Juan de Zorrilla tiene lugar en un camposanto, donde cobran vida las esculturas. El tema de la muerte está muy presente en toda  la obra ya que a través de ella se nos presenta la verdadera personalidad de los personajes.

Don Juan Tenorio: drama religioso-fantástico en dos partes es un drama romántico publicado en 1844 por José Zorrilla, quien escribió la obra en tan solo ocho días.​ Constituye, junto con El burlador de Sevilla y convidado de piedra (1630), atribuida a Tirso de Molina y de la que Don Juan Tenorio es deudora, una de las dos principales materializaciones literarias en lengua española del mito de Don Juan.

Don Juan Tenorio es un mito de la cultura española a la altura de El Quijote o La Celestina. Es un ejemplo de romanticismo tardío español que ha penetrado en la conciencia colectiva y cuyo éxito desbancó a El burlador de Sevilla de los escenarios hasta reducirlo a una obra de escasa representación.

Luis Gaspar Labarga, estudio preliminar (Edimat Libros, 2007)

La acción transcurre en la Sevilla de 1545,​ en los últimos años del reinado del emperador Carlos. La obra narra las peripecias de Don Juan Tenorio, un
caballero dedicado a los amoríos, los duelos y las apuestas. Con una de ellas se inicia la trama: se reta con Don Luis Mejía para dirimir quién ha seducido a un
mayor número de mujeres. Cruzan una apuesta para ver quién conseguirá conquistar a la ingenua novicia Inés. Lo que al parecer era un juego de conquistas masculinas, se convierte en una obsesión para Tenorio. Este se enamora perdidamente de la bella Inés y tendrá consecuencias trágicas.

El fracaso de su estreno

José Zorrilla escribió para el teatro Don Juan Tenorio, la versión más moderna y popular de la leyenda, en la que el protagonista consigue el perdón divino gracias al amor, mientras que en las anteriores historias no lograba salvarse del infierno. Además de ser una obra muy representada todos los años, especialmente durante la noche del 1 de noviembre, parte de sus versos se utilizan en expresiones del lenguaje cotidiano.

Su popularidad es tal que la Real Academia Española ha aceptado el término “donjuán” y «tenorio» para referirse a un seductor, así como el adjetivo «donjuanesco».

A pesar de su éxito posterior, antes de recibir el respaldo unánime de crítica y público, esta obra no tuvo una buena acogida en su estreno el 28 de marzo de 1844 en el Teatro de la Cruz de Madrid. Este fracaso provocó que Zorrilla vendiera los derechos de su obra por 8.000 reales, un error del que se arrepentiría toda su vida.

No tuvo entonces el gran éxito esperado, pero sí lo consiguió unos meses más tarde, el 1 de noviembre de ese mismo año. De ahí surge la tradición de representarse anualmente en tal fecha; probablemente asimismo porque parte de sus escenas se desarrollan en un camposanto.

Un mito literario universal

Pero este personaje no fue una creación original de Zorrilla. El primer Don Juan Tenorio es un personaje de El burlador de Sevilla (1630, atribuido a Tirso de Molina), quien ya lo había utilizado en Tan largo me lo fiais (c. 1616).

Otros autores también han construido su propia interpretación de este peculiar conquistador. Molière estrenó Don Juan o el convidado de
piedra
(1665), Goldoni retomó la historia en Juan Tenorio o el libertino castigado (1734) y Mozart compuso la ópera Don Giovanni (1787). Los escritores
románticos, como Zorrilla, cambiaron el tratamiento del personaje: Lord Byron compuso el poema Don Juan (1819-1824) y Prosper Mérimée escribió Las
ánimas del purgatorio
.

Ya en el siglo XX, Torrente Ballester escribe una original recreación de este mito literario universal: Don Juan (1963) es una incursión en los caminos de la fantasía irónica y desmitificadora.

IMAGEN: Estatua de don Juan Tenorio en el muro exterior de la Casa de José Zorrilla, en Valladolid. (FOTO: ICAL)

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